“No vuelvas, esto está muy caliente, de pronto de pasa algo”, le decía Nancy a su novio Néstor hace unos siete años atrás. Su amor nació en el colegio, pero con el surgimiento de las guerras entre las veredas, Néstor no podía visitar a su pareja, pues transitar por las escaleras que unen a las Veredas el Ajizal, Los Gómez y el Pedregal, comprometía su vida.